El otro día vi un vídeo en las redes sociales que me divirtió mucho y, sobre todo me hizo pensar en el impacto que tiene la espontaneidad y el mostrarse natural con las personas con las que nos relacionamos. Autenticidad y Liderazgo personal son dos conceptos que van absolutamente ligados el uno con el otro. Así se consigue marcar la diferencia. 

La historia es real. Absolutamente real. Aunque al principio es muy fácil pensar que todo es un montaje. Pero muy a menudo lo real, lo auténtico no es lo más habitual, y es por eso que nuestra mente nos quiere avisar de que no puede ser posible.

Un hombre para a repostar en una gasolinera. En el surtidor donde está hay un televisor emitiendo un programa de entretenimiento. Hasta allí todo podría ser normal. El hecho empieza a tornarse surrealista cuando el presentador del show empieza a hablar con el conductor. Este, obviamente, no se da cuenta al principio; mejor dicho, su mente no contempla esta posibilidad y no atiende a las peticiones del hombrecillo del televisor.

Y allí va el trato: el presentador ofrece gasolina gratis al conductor a cambio que este le cante algo. Y a partir de este momento el video no tiene desperdicio. La enorme espontaneidad y naturalidad del conductor y su mujer, que al principio no quería ni salir del coche por la vergüenza, para afrontar la situación es simplemente sublime por su frescura y autenticidad.

 

Marcar la diferencia a través de la autenticidad y el liderazgo

 

No cabe decir que esta pareja, a partir de ese día, se convirtieron en personas populares que algunos programas de televisión invitaban y hasta han potenciado su presencia en las redes sociales.

Las personas valoramos mucho el relacionarnos con alguien que se comporta de forma totalmente abierta con el mundo. Dispuestos a “jugar” y a “bailar” con lo que la vida nos depara, y además, hacerlo desde la frescura de la inmediatez, sin autocensurarnos por las consecuencias de mis deseos o del qué dirán los demás. Simplemente seguir danzando las notas que el corazón escribe de lo que siento y quiero hacer.

El mundo necesita personas, equipos, organizaciones, y comunidades donde la autenticidad esté más presente, donde no se abuse tanto (solo lo imprescindible) de representar roles, como lo hacen los actores y actrices, en función del entorno y momento que se vive. Porque cada vez que nos pasamos “actuando”, siguiendo el papel o guion que nuestra mente nos escribe, dejamos de ser nosotros. Y cuando perdemos autenticidad, nos alejamos de las relaciones de plena confianza con los demás, perdemos libertad y desaprovechamos posibilidades de éxito.

Disfruta dándote el pleno permiso de ser ¡auténtico!

 

 

Enric Arola

Enric Arola