En la base de cualquier equipo productivo y cohesionado está la confianza. Patrick Lencioni, en su libro «Las cinco disfunciones de un Equipo», sitúa la falta de confianza como el obstáculo principal y primario por el que un equipo llegue a ser de alto rendimiento.

 

La confianza es aquel elemento capaz de conectar voluntades, comprender las necesidades ajenas, unir contribuciones, y gestionar la diversidad dentro del equipo. Stephen Covey acuñó el concepto Cuenta Bancaria Emocional para referirse a la transacción existente entre las personas y que determina la salud de la relación que mantienen.

 

Los ingresos (hacer reconocimientos, ayudar, disculparse, compartir, etc.), o los reintegros (incumplir promesas, criticar, no escuchar, desatender, etc.), que las personas van realizando a la cuenta que tienen con los demás, determinan el saldo emocional existente y, por consiguiente, la capacidad para conectar, comunicar y coordinarse mutuamente.

 

Además, el hecho de que cada persona use su propia “moneda” hace más complejo el conseguir una cuenta con “números azules”, ya que para alguien una acción determinada puede suponer un gran ingreso, mientras que para otra persona esta misma acción puede ser percibida como un ingreso menor, o incluso como un reintegro.

 

De esta manera, confiar tiene que ver con muchos factores, como la personalidad de cada persona, el contexto compartido, el “tempo” del momento, así como con lo que hay en juego, entre muchos otros aspectos.

 

Es por este motivo por el que construir confianza en el trabajo es todo un reto. Un GRAN reto. Y más siendo un entorno, el profesional, donde nos “obligamos” a esforzarnos a confiar en las personas porque sabemos que, haciéndolo, conseguiremos mejores resultados para todos y, además, nos lo pasaremos mejor haciéndolo.

 

 

¿Qué hacer para aumentar la confianza dentro del equipo?

 

 

Confiar requiere de 3 elementos:

  • Desearlo
  • Dar el primer paso
  • Persistir

 

 

DESEARLO

 

Es complicado empezar a crear una relación de confianza plena con algún miembro de mi equipo si no lo deseo. El simple hecho de preguntárselo (a uno mismo) es fundamental para entender el punto de partido. Si la respuesta es “sí, me gustaría tener una relación de confianza con tal persona”, ya estamos iniciando el movimiento para allanar el terreno en el que empezaremos a construir unos fundamentos sólidos para la relación.

 

Si la respuesta es “no quiere tener una relación con tal persona”, quizás deberemos reflexionar también acerca de las consecuencias que va a tener esta decisión para mi, la persona en cuestión, y para mi equipo, en el futuro”; y, si es el caso, asumirlo y aceptarlo.

 

 

 

 

DAR EL PRIMER PASO

 

Si mi intención es la de aumentar la confianza en la relación, debo empezar a ponerlo en práctica. Dar el primer paso está reservado para personas valientes. Requiere de vulnerabilidad y generosidad, ya que supone asumir riesgos y voluntad para posicionarse. Pero es el único camino que seguir.

 

Para empezar a desarrollar músculo en construir confianza con alguna persona del equipo, algunas de las siguientes sugerencias pueden ayudar:

 

  • Pídele opinión incluso cuando ya crees tener las respuestas.
  • Reconócele lo que todavía no le has reconocido.
  • Discúlpate por aquello en lo que se lo pones difícil.
  • Déjale autonomía en aquello que deseas hacer tu.
  • Permite a la persona a hacer aquello que tu no te has atrevido a hacer aún.
  • Déjale hacer aquello en lo que tu no crees.
  • Explícale tus miedos o dudas.
  • Explícale algo de tu vida personal que no sepa el otro.
  • Compártele alguna confidencia que te suponga algún riesgo.

 

Todas acciones van a suponer, con toda probabilidad, un ingreso en la cuenta bancaria emocional con la otra persona.

 

 

 

flores

PERSISTIR

 

Una flor no hace primavera. Así que los ingresos en la cuenta bancaria emocional necesitan repetirse de forma continua en el tiempo.

 

Y es ahí donde reside el quid de la cuestión, ya que será muy tentador dejar de hacer estos comportamientos si no vemos contraprestación por la otra parte.

 

Es precisamente en estas ocasiones (en las que nos parece que no se cumple la ley sistémica del equilibrio entre el dar y el recibir) cuando el propósito de conectar con los demás tiene que alimentar la voluntad y la resiliencia necesarias para seguir con estos comportamientos positivos que buscan aumentar la confianza.

 

Pero no hay confianza sin un cierto grado de altruismo, y esto aplicarlo en entornos competitivos (como es el laboral) es algo reservado para mentes abiertas, transformadoras, y con la voluntad de unir y crear puentes.

 

Así que, si lo deseas, piensa en alguna persona con la que DESEES aumentar vuestra cuenta bancaria emocional, DA EL PRIMER PASO llevando a cabo alguna de las acciones valientes para realizar ingresos, y PERSISTE hasta que el saldo sea suficientemente positivo, y satisfactorio, para ambas partes.

 

¿Te atreves?

 

 

 

Enric Arola