Muchas personas han “aceptado” sus máscaras respectivas para poder vivir (o, mejor dicho, sobrevivir) a un entorno profesional que les es hostil.

 

¿Pero qué sería sentirse plenamente libre al trabajar? Cuesta, incluso, poderlo imaginar en muchos casos.

 

Para la persona, así como para su organización, no hay duda de que sería altamente beneficioso que así fuera, porque sólo de esta manera sería posible llegar a la alta productividad y sostenibilidad.

 

En un artículo anterior (Libertad y Equipo) apuntaba las graves consecuencias que tiene para una organización el hecho de que sus profesionales se sienten cohibidos o coartados para poder expresarse, o actuar, de forma auténtica.

 

Para ponerlo en pocas palabras, una persona libre al trabajar es aquella que

 

disfruta con lo que hace y la contribución de valor que aporta.

se organiza el trabajo de la forma que cree más adecuada.

… y está a gusto con las personas con las que comparte equipo, así como con el ambiente de su organización.

 

Cumplir estos 3 requisitos puede llegar a ser todo un reto. Muchas personas lo consiguen de forma más o menos rápida en alguno de sus proyectos profesionales; mientras otras acaban abandonando trabajos sin haberlo conseguido.

 

Si una empresa desea acelerar este proceso puede empezar a cuestionar algunos de sus procesos organizativos, así como algunos hábitos de su actual modelo de liderazgo.

 

Aquí van algunas ideas para potenciar la libertad al trabajar:

 

1-Liberar a los integrantes de la organización-FICHAR-

4-Conectar sus aficiones personales con sus habilidades profesiones.

 

 

Enric Arola

Enric Arola

 

 

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