Tensionar
y presionar no es lo mismo. Lo primero tiene que ver con la exigencia en el liderazgo. Lo segundo puede llevarnos a la sobre-exigencia. Una es creativa, ya que nos ayuda a evolucionar, mientras la otra abre la puerta a nuestra reactividad, así como puede provocar actitudes reactivas en los demás. Existe una delgada frontera entre las dos, por lo que es del todo imprescindible seguir trabajando nuestro Liderazgo Sostenible para, haciéndolo, conseguir contagiar e inspirar a las personas de nuestro entorno a hacer lo mismo.

 

¿Me estoy exigiendo más de la cuenta? O, por el contrario, ¿me estoy “apalancando” demasiado? Cada persona conoce (o, mejor dicho) siente en qué parte de su tensionómetro” personal se encuentra en la actualidad.

 

Las circunstancias vitales nos obligan a ir subiendo la tensión a medida que las situaciones críticas lo requieren. En esos momentos, solemos dar un plus de nuestra contribución a pesar de que pueda existir un peaje a pagar en forma de impacto físico o mental (en algún nivel).

 

Pero la pregunta es:

 

¿Somos capaces de llegar a dominar la sobretensión cuando esta va siendo recurrente?

 

O, por el contrario, ¿nos pensamos que esta sobretensión es nuestro estado “normal” para gestionar nuestro contexto actual?

 

En el mundo del liderazgo personal y profesional encontramos personas con una enorme dependencia a mantener estas altas dosis de tensión, con la creencia de que, si no lo hacen, dejarán de ser buenos profesionales (o, pero aún) buenas personas.

 

El diagnóstico habitual que estas personas hacen acerca de su patrón de liderazgo es el de justificarse por su alta sobre-exigencia que les empuja a dar niveles de calidad muy altos en su vida.

 

La paradoja, pero, es que, siguiendo este patrón a medio, o largo plazo (si tiene suerte), la persona empieza a perder sus estándares de calidad, que es precisamente aquello que perseguía con su actitud.

 

Así que, de una u otra manera, más tarde o más pronto, a las personas con alta responsabilidad les toca hacer una reflexión profunda acerca de su capacidad de liderar (su proyecto, su equipo, su organización, su vida…) de forma sostenible.

 

Cuando hablamos de liderazgo sostenible estamos hablando de la habilidad de contribuir a añadir valor en el entorno sin desgastarse a nivel personal, ni desgastar a las personas, ni a los recursos disponibles del entorno.

 

Cada vez que conseguimos algo, pagando por ello un alto coste (personal o ajeno) en el camino, estamos involucionando nuestro liderazgo, ya que posiblemente estamos rebajando nuestra felicidad personal y/o profesional.

 

Para incrementar nuestro liderazgo sostenible tenemos que potenciar el liderazgo de 4 aspectos claves de nuestra vida. Se trata de un modelo que hemos creado Isolda Vila (emprendedora, nutricionista, científica de los alimentos y especializada en ciencias sensoriales) y yo mismo, y que te resumo a continuación:

 

1.- LIDERAR LA CABEZA

 

Si sabemos dominar nuestra cabeza de forma que sea nuestra gran aliada, en lugar de que nos boicotee constantemente, o que se convierta en nuestra juez interna, conseguiremos pulir un diamante en bruto que nos va a hacer brillar en muchos aspectos de nuestra vida.

 

Para ello deberemos aprender a honrar nuestros valores personales, descubrir nuestro propósito personal, así como gestionar nuestras creencias más limitantes, para encontrar la forma de desconectarse de los momentos de alta reactividad, y encontrar momentos para “silenciar” nuestra cabeza y darle la paz que se merece.

 

Vivir en el momento presente, sin estar en los remordimientos, ni en los resentimientos del pasado, ni tampoco en las preocupaciones o inquietudes del futuro, va a darle a la cabeza el oxígeno y la energía que necesita para que se convierta en el verdadero comandante de nuestro trayecto vital.

 

 

2.- LIDERAR EL CUERPO

 

El liderazgo sostenible también tiene que ver con el liderazgo corporal. Conseguir aumentar nuestra energía vital, potenciando los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita, honrando un buen descanso, así como descubriendo la respiración consciente, son, entre otras, algunas directrices que harán de nuestro cuerpo el mejor sostén y herramienta vital.

 

El cuerpo, cuando no se le atiende correctamente, se convierte en una carretera con baches y socavones que nos hacen mucho más retadora la travesía. Y si el mantenimiento no se ha realizado de forma periódica y con la calidad deseable, puede que algunos desperfectos sean muy difíciles de llegar a corregir.

 

 

3.- LIDERAR EL CORAZÓN

 

Muchas de las grandes decisiones que tomamos en la vida vienen empujadas por el corazón. Allí es donde radica nuestra esencia más pura y visceral. Este órgano vital es el responsable de nuestra inteligencia emocional, y quien determina nuestro sentimiento de felicidad, o por en contrario, nuestro nivel de desdicha.

 

Cuando lideramos nuestro corazón conseguimos integrar el concepto de la vulnerabilidad sin usar corazas emocionales, potenciando la compasión y la generosidad, empezando con nosotros mismos, así como mostrándonos agradecidos con lo que somos, y tenemos, aquí y ahora.

 

 

4.- LIDERAR LAS CONEXIONES

 

El liderazgo relacional es el cuarto elemento de nuestro Liderazgo Sostenible. Los seres humanos somos seres sociales. No podemos no serlo. Es por ello por lo que necesitamos tener nuestras “tribus”, empezando por las más íntimas (pareja, familia, amigos). La unión de estas comunidades nos da sentido de propósito, a la vez que nos ofrece una dirección y guía para llegar a la felicidad.

 

De hecho, los recuerdos vitales que más perduran y nos sintonizan con la felicidad tienen que ver, en muchos casos, con situaciones donde se han compartido experiencias intensas con otras personas.

 

Para conseguir liderar las conexiones de forma saludable necesitamos conectar, a su vez, con nuestra autenticidad, nuestra versión más creativa, y así construir espacios de confianza con los demás, usando un estilo de comunicación asertivo, inclusivo, y que, en lugar de polarizar, busque integrar la diversidad de las personas en todos los sentidos.

 

Modelo Liderazgo Sostenible

 

Liderar tu Cabeza, Liderar tu Cuerpo, Liderar tu Corazón, y Liderar tus Conexiones…

 

Esta es una de las claves para conseguir potenciar tu Liderazgo Sostenible.

 

 

Enric Arola

Enric Arola