A la vuelta de vacaciones es un muy buen momento para reflexionar acerca de lo que significa volver a empezar. El hecho de reanudar la marcha después de un parón, en el sentido que sea, es una acción que ocurre a menudo en nuestra vida; siguiendo ciclos cortos y fijos, o bien largos y no tan regulares.
En liderazgo es importante entender este concepto que tiene que ver con integrar estos procesos y ciclos vitales de la forma más natural y sostenible posible. Así como “nada” dura para siempre, “todo” tiene su momento.
De esta manera, y como ejemplo, las vacaciones no duran siempre (al menos para el gran grueso de la población mundial), pero, más tarde o más temprano, vuelven otra vez en algún momento para ser disfrutadas.
Liderar la propia vida (personal o profesional) tiene que ver también con la habilidad de conectar y desconectar, parar y reanudar, empezar y acabar, o hacer y no-hacer.
Esto a menudo no es nada fácil, ya que a menudo no nos permitimos desconectar (o al menos, no del todo); o a algunas personas, por el contrario, les suele costar volver a conectar.
¿Cómo llevas esta habilidad de parar-reanudar la marcha?
¿Cómo se te da el empezar y cerrar ciclos?
No son preguntas fáciles de contestar. Pero seguro que sus respuestas nos hablan de la forma en la que lideramos nuestras responsabilidades, las relaciones con los demás o, en general, la manera en la que vivimos la vida tal como la deseamos vivir.

Cómo volver a empezar de forma eficiente y satisfactoria
- Preparar la mente – mentalizarse
Tanto si tengo que volver de vacaciones, como si tengo que hacer frente al momento más exigente de un proyecto, como si empiezo cualquier otro nuevo ciclo, es preciso que mi mente se encuentre lo más preparada posible para lo que viene.
Esto significa dedicar tiempo a reflexionar sobre las repercusiones y consecuencias del nuevo ciclo, pensando en lo que va a venir.
La forma en la que lo hagamos va a determinar en un grado importante el éxito, así como el disfrute, que se deriven del nuevo ciclo. Es decir, podemos dejar que los pensamientos negativos sean los que estén más presentes al mentalizarme o, por el contrario, podemos reflexionar a partir de un lenguaje interior positivo y optimista.
La visualización es una técnica que nos puede ayudar mucho; imaginándonos, con detalle, la forma en la que queremos vivir el nuevo ciclo vital, así como los objetivos que queremos conseguir.
- Hacerlo de forma progresiva – adaptarse
Muchos de los ciclos, a nivel personal o profesional, que seguimos, tienen un inicio, así como un fin, predecibles.
Sabemos cuando volveremos de vacaciones, así como sabemos la época del año con una carga de trabajo más exigente, o cuando hay que renovar un contrato comercial, por poner algunos ejemplos.
Sabiéndolo, es imprescindible dedicar tiempo a prepararnos. De esta manera, puedo empezar a mirar algún mail de trabajo, o hacer alguna llamada preparatoria, unos días antes de volver de vacaciones.
O puedo adelantar algo de trabajo, o empezar a planificarme, antes de que venga la época del año más exigente.
O puedo empezar a realizar contactos, o preparar el terreno, antes de que expire el contrato comercial con un cliente, para asegurar su renovación exitosa.
- Poner el contador a cero – reiniciarse
Un ciclo que inicia puede estar muy condicionado con lo que ha ocurrido durante el ciclo anterior.
Mi última temporada de trabajo, o los resultados del último ejercicio, o la salud de la relación con mi cliente, pueden no haber sido tan satisfactorios como a mi me hubiese gustado.
En todo caso, siempre es bueno no condicionar estos hechos pasados a lo que va a suceder en el futuro. Cuando el pasado, en lugar de ayudar a crecer, limita y retrae al futuro, entramos en un ciclo vicioso y perverso, en lugar de un ciclo virtuoso y regenerador.
Para ello, poner el contador a cero, hacer cuenta nueva, nos va a ayudar a sacar lo mejor del nuevo ciclo. La generosidad, así como la habilidad de no hacer suposiciones, van a ser dos competencias de liderazgo clave para llevarlo a cabo.
- Prepararse para el nuevo ciclo – entrenarse
Cuando el nuevo ciclo empieza es demasiado tarde para entrenar cuerpo, mente, y hasta espíritu. Hay que hacerlo antes.
Durante los días previos a empezar a trabajar, después de unas vacaciones, es necesario empezar a ajustar horarios, empezar a controlar la dieta, así como hacer alguna actividad mental que requiera focalizarse. De esta forma la vuelta no será tan dura y frustrante.
El deporte también es un gran aliado para preparar cualquier nuevo cambio de ciclo que se avecine. Hacer ejercicio es, a su vez, una manera de respetar las distintas fases de un ciclo:
- Inicio
- Avance
- Punto álgido
- Declive
- Fin

- Atender las propias necesidades de forma continua – cuidarse
Existe la creencia de que en algunas fases de un ciclo toca sufrir y desgastarse, porque no hay otra.
Personas que no duermen lo suficiente, ni hacen deporte, cuando viven las épocas de más trabajo. O personas, que sólo les dedican tiempo a sus aficiones, o relaciones, cuando están de vacaciones.
¿Y si dedicarle tiempo a cuidarnos (en todos los sentidos), incluso en los momentos más exigentes, nos hiciera mucho más productivos y exitosos?
Yo recuerdo, en mi época de estudiante, que prefería ir a un examen bien descansado, que dormir muy poco para poder aprovechar todas las horas posibles para repasar todo el temario.
Muy a menudo una vida más equilibrada, y satisfactoria a nivel personal, repercute en un más alto nivel de desempeño.
Se requiere mucha valentía y seguridad personal, para restarle horas al trabajo, y sumarlas al cuidado personal (deporte, relaciones, descanso, etc.). Pero a medio, largo plazo, la productividad aumentará de forma espectacular.
- Disfrutar del momento lo máximo que se pueda – divertirse
Independientemente del momento, siempre es importante intentar pasárselo bien. Y si, por alguna causa, no se puede, al menos vivir la situación lo mejor posible. Y esto tiene que ver con nuestra intención, y con nuestra presencia. Y esto depende de cada uno/a de nosotros/as.
Un proceso o ciclo, por exigente y duro que sea, se puede llegar a disfrutar. ¿O, acaso es imposible que el corredor de maratones disfrute de su carrera, a pesar del esfuerzo, o incluso del dolor?
¿O es imposible disfrutar trabajando en un proyecto muy retador?
¿O es imposible que alguien disfrute la vuelta de vacaciones?
Y porqué no. En estos ejemplos de situaciones, de nuestra parte está decidir como vivir la experiencia. Qué elección queremos hacer. Y para divertirse primero tenemos que acordarnos de los Monty Python, y aprender a mirar el lado positivo de las cosas.
Así que, tanto si vuelves de vacaciones, como si inicias un nuevo ciclo de tu vida personal o profesional, no olvides….
De esta forma tu liderazgo crecerá aún más, mejorando en la gestión de tus distintos roles y responsabilidades.
Enric Arola
Gràcies Enric per aquest post, gran suport al centrament!